En la Navidad el protagonismo absoluto se lo lleva el niño Dios. Así al menos debiera ser aunque la forma de vivirlo actualmente de muchas personas dista bastante de ello. En cualquier caso, sabemos que es tiempo de contemplación y de admiración ante el hecho único y extraordinario del Dios encarnado. No obstante, ese protagonismo también es compartido en un tanto por ciento alto por María, la Madre de Dios. Por eso os invitamos a todos en estos días a intentar revivir los sentimientos de la Virgen en aquella primera Navidad. En la que tener al hijo de Dios en sus brazos, amamantarlo, abrigarlo… tuvo que ser una experiencia sublime.
En nuestra acción misionera siempre tenemos muy presente a María. Como lo hacía nuestro fundador, San Antonio María Claret. Así, por ejemplo, son muchos las celebraciones de triduos, quinarios, novenas… en honor de la Virgen que hemos realizado este año. Una de las últimas la celebración de la Inmaculada, ante la Esperanza de Triana, con el colegio de farmacéuticos de Sevilla, el 8 diciembre, a cargo de Pepe Márquez.
Aquí tenéis una foto de ese día:
Que María, la Madre del tierno niño de Belén os bendiga a cada uno y a vuestras familias.