MARTES 1 DE SEPTIEMBRE
Lucas 4, 31-37:
«Se quedaban asombrados de su doctrina, porque hablaba con autoridad».
¿Cuántas palabras podrás pronunciar en un día normal en tu vida cotidiana?.
¿Cuántas de ellas pueden estar llenas de contenido y cuántas de ellas pueden ser palabras vacías, protocolarias, rutinarias…?.
Los mismos «buenos días» o «buenas noches» que das pueden ser palabras llenas o palabras vacías.
Las palabras de Jesús estaban llenas de autoridad. Sus palabras eran expresión viva de sus sentimientos, de su corazón, de lo más profundo de su ser.
Jesús era autor de sus palabras y por eso sus palabras estaban llenas de autoridad.
Intenta hoy hacer el ejercicio de «hablar con autoridad». Que tus palabras sean la expresión de ti mismo.
Y que siempre sean la expresión de lo mejor de ti.
Así también hablarás con autoridad.
Que tengas un feliz y buen día.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf