SÁBADO 14 DE MARZO DE 2020
Lucas 15, 1-3.11-32:
«Celebremos un banquete, porque este hijo mío estaba muerto y ha revivido, estaba perdido, y lo hemos encontrado».
En este trozo del Evangelio aparecen distintas personas:
1: un padre que espera constantemente a su hijo,
2: un hijo que se marcha de la casa del padre,
3: un hermano celoso y protestón,
4: un personal de servicio…
Todos actúan, casi todos pronuncian palabras, realizan gestos, expresan sentimientos…
Si tuvieras que elegir un protagonista, ¿a cuál de ellos elegirías tú?.
Yo no elegiría a ninguno de estos personajes como protagonista.
Para mí el verdadero protagonismo de esta parábola lo tiene la MISERICORDIA DEL PADRE.
Esa MISERICORDIA
+ es la verdadera casa a la que vuelve el Hijo ausente,
+ es el verdadero regazo en el que es acogido,
+ es el verdadero corazón en el que se siente amado y querido,
+ es el verdadero banquete en el que este hijo perdido encontrará de nuevo la alegría…
A lo largo del día de hoy lee todas las veces que puedas esta parábola. Saboréala. Y siéntete como ese hijo pródigo: Inmerso o inmersa en la MISERICORDIA de tu Padre.
VUELVE. Reconcíliate con Dios. El Padre siempre desea tu vuelta.
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf