VIERNES 5 DE JUNIO
Marcos 12, 35-37:
«La gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo».
Leyendo los evangelios, vemos cómo Jesús hablaba de una forma sencilla. No empleaba palabras rebuscadas. Hablaba con claridad, y de una forma directa. Empleaba imágenes y comparaciones para que todo el mundo lo entendiera…
Y también Jesús hablaba con su propia vida, una vida vivida en profunda relación con el Padre y en continuo servicio a los demás.
Por eso termina diciendo el evangelio de hoy que «la gente, que era mucha, disfrutaba escuchándolo».
¿Cómo hablas tú de Dios, de Jesús y de sus Reino?.
Ten en cuenta que el mejor «sermón» será siempre tu propia vida: tu vida sencilla, entregada a los demás, coherente… Estos son los «sermones» y los lenguajes que hoy en día mejor entendemos todos.
Que también los que te escuchen a ti disfruten escuchándote.
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf