
Mateo 25, 1-13:
“…Y se pusieron a preparar sus lámparas”.
Jesús nos invita de nuevo hoy a la vigilancia.
Y nos viene a decir que para estar vigilantes hemos de cuidarnos espiritualmente. Necesitamos el “aceite” que mantenga viva la llama de la vigilancia.
A veces queremos que la llama de nuestra vida de fe y nuestra vida espiritual se mantenga viva echándole simplemente agua e incluso otros “productos” con los cuales es imposible que arda.
Examina cómo preparas la lámpara de tu vida cristiana y examina también qué “aceite” necesita tu lámpara para alumbrar y así poder ver con claridad.
Jesús pone a tu alcance unas “herramientas-aceites”: la oración, la Eucaristía, su Palabra, el sacramento de la Reconciliación…
“… Y se pusieron a preparar sus lámparas”.
Ponte tú también hoy mismo a preparar tu “lámpara”.
Que tengas un día muy bueno en la presencia del Señor.
Buenos días.
Antonio Sanjuán Marín, cmf