MARTES 3 DE MARZO 2020
Mateo 6, 7-15:
«Vosotros rezad así: Padre Nuestro del cielo, santificado sea tu nombre , venga tu Reino , hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo; danos hoy el pan nuestro de cada día , perdona nuestras ofensas pues nosotros perdonamos a los que nos han ofendido, no nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del Maligno».
Se puede orar rezando. Pero puede ser que recemos sin orar.
A veces repetimos palabras y palabras de una forma mecánica y sin caer en la cuenta de lo que cada palabra entraña.
Jesús nos aconseja hoy que en nuestra oración no usemos muchas palabras.
Nos anima a acercarnos al Padre con una gran confianza, invocándolo simplemente y sintiéndonos hijos suyos.
También nos enseña las palabras que expresan los profundos sentimientos de toda auténtica oración cristiana: el Padre Nuestro. Orar con el Padre Nuestro es ponernos en la presencia de Dios como Padre, sentirnos sus hijos necesitados y también sentirnos en fraternidad con todo ser humano, hijo del Padre igual que yo.
Reza hoy despacio el Padre Nuestro gustando y saboreando cada frase y cada palabra.
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf