Mateo 20, 20-28
Domingo, 25 de julio 2021 (Santiago Apóstol)
Hoy es un domingo especial, pues en él celebramos la solemnidad del apóstol Santiago, cuya liturgia tiene preferencia sobre la del domingo ordinario.
Nos cuenta el Evangelio de San Mateo que, yendo camino de Jerusalén (donde Jesús va culminar su entrega al Padre), se le acerca la madre de Santiago y Juan y le pide a Jesús que, cuando esté en su reino, sus hijos se sienten junto a él, uno a su derecha y otro a su izquierda. En los puestos de honor. Puestos de privilegios. Esto hizo que los otros se indignaran contra ellos. Y Jesús les hace reflexionar.
Parece que no acaban de entender lo que Jesús les había anunciado poco antes: van a Jerusalén para “beber el cáliz que yo he de beber”. Aún no son conscientes de lo que anunciaban las escrituras sobre el Mesías, y siguen pensando en quien será el más importante, según criterios de este mundo. “El que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero, que sea vuestro esclavo”.
Con Pedro y Juan, Santiago forma parte de los más cercanos a Jesús. Con ellos fue testigo de la transfiguración de Jesús en el Tabor. Pero también con ellos se durmió en el Huerto de los Olivos en los momentos de la agonía de Jesús. Solo después de la Resurrección y de recibir al Espíritu Santo tendrá la fuerza necesaria para convertirse en testigo del Señor y uno de los primeros en entregar su vida por el Reino de Dios.
Es muy posible que también nosotros necesitemos pasar de una vida basada en deseos de poder, de tener, de comodidades, a una vida centrada en el servicio y en la entrega a Dios y a los demás. Este paso puede ser el mejor “camino de Santiago”. Que el Apóstol sea nuestro guía y proteja a todos los pueblos de España que se encomiendan a su patrocinio.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf