SÁBADO 24 DE JULIO DE 2021
Mateo 13, 24-30:
“El Reino de los Cielos se parece a un hombre que sembró buena semilla en su campo; pero, mientras los hombres dormían, un enemigo fue y sembró cizaña en medio del trigo y se marchó. Cuando empezaba a verdear y se formaba la espiga, apareció también la cizaña”.
Volvemos hoy a contemplar la parábola del sembrador. Y la contemplamos desde «el sembrador de la cizaña».
Tú y yo y todos nosotros somos campo en el que la cizaña puede ser, y de hecho lo es muchas veces, sembrada.
Notamos en nosotros no solamente que crece el trigo bueno. También crece la cizaña de otras cosas que no quisiéramos que crecieran. Crece la envidia, crece la pereza, crece el egoísmo, crece el desamor…crece y crece la cizaña. Pero también cada uno de nosotros puede ser sembrador de cizaña. Sembramos cizaña cuando nos resistimos al servicio, cuando caemos en la crítica, cuando no sabemos escuchar ni tampoco sabemos servir…
Pedimos hoy al Señor que arranque de nuestro corazón la cizaña que vaya brotando.
Y también pedimos al Señor que nunca seamos sembradores de cizaña en el corazón de los demás.
Buenos días.
Antonio Sanjuán Marín, cmf