11 de agosto de 2019. (19º T O C)
Las palabras de Jesús en el evangelio de este domingo son continuación de las del domingo pasado, en la que se nos exhortaba a poner nuestra confianza en Dios y no en las riquezas materiales. Hoy el Señor nos hace una llamada de atención: “Estad preparados”. Preparados ahora, en el momento presente. No se trata de que “nos coja preparados” cuando tengamos que rendir cuentas ante Dios. Hay cristianos que piensan que para ese momento aún les queda bastante, que gozan de buena salud… Pero “a la hora que menos penséis viene el Hijo del Hombre”.
Ante la sensación que pueden producir estas palabras no podemos olvidar que Jesús empezó diciendo: “no temáis, porque vuestro Padre os ha dado el reino”. Es una llamada a la confianza, pero a la vez, a la vigilancia. No podemos vivir dormidos, distraídos, porque en cualquier momento se presenta la ocasión. Vigilantes en el presente porque es del único tiempo del que podemos disponer. No sabemos qué pasará mañana.
Preparados ¿para qué? ¿A qué quiere el Señor que estemos atentos? Pues a lo que está pasando a nuestro alrededor. Si el Padre ha puesto en nuestras manos su reino es para que ese reino llegue a todos los que están con nosotros. No podemos dejar pasar la oportunidad de preocuparnos por quién vive a nuestro lado y lo está pasando mal. El reino se extiende viendo en los demás el rostro de un hermano, construyendo la familia de Dios. A esto es a lo que Jesús nos pide que estemos atentos. Que no se nos escape la oportunidad. Todo lo demás puede hacernos perder el tiempo.
Juan Ramón Gómez Pascual, cmf