MIÉRCOLES 16 DE SEPTIEMBRE
Lucas 7, 31-35:
«Vino Juan el Bautista que ni come pan ni bebe vino, y decís: que tiene un demonio; viene el Hijo del Hombre, que come y bebe, y decís: mirad que hombre más comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores».
La línea que en su vida siguió Juan el Bautista fue una línea de dura austeridad. Viviendo en el desierto, se alimentaba de insectos y miel silvestre. Llevaba esta austeridad también en su forma de vestir e incluso en su forma de relacionarse con los demás.
Muy distinto es Jesús. Su austeridad sólo tiene un motivo y un fin: La proclamación del Reino y el servicio incondicional a los demás. Sólo va al desierto para orar al Padre y confirmar su misión. A Jesús lo vemos rodeado siempre de gente. Relacionándose con todos aquellos que lo buscan o que Él busca.
Habla con la gente, se preocupa por la gente, se alegra con la gente e incluso llora con la gente.
Vive tú como Jesús también en la austeridad.
Pero, también como Jesús, saborea la vida. Ábrete a la relación y a la convivencia. Vive los gozos y las angustias de tu gente y de tu mundo.
Y que tu austeridad siempre esté motivada y sea causada por tu amor y entrega a los demás.
Buenos días.
Antonio María Sanjuán Marín, cmf