VIERNES 3 DE DICIEMBRE DE 2021
Mateo 9, 27-31:
«Dos ciegos seguían a Jesús, gritando: ten compasión de nosotros, hijo de David».
¡Cuántas veces podemos ser cada uno de nosotros esos pobres ciegos que están al borde de los caminos pidiendo limosna!
Los ciegos del Evangelio de hoy gritan fuerte a Jesús siguiéndole por el camino.
Mientras que en sus ojos reinaba la oscuridad, en su corazón brillaba la luz de la fe. Y esta luz termina por ahogar las tinieblas llegando también a iluminar los ojos.
En medio de las oscuridades, de la necesidad y de la impotencia, grita fuerte también tú a Jesús.
Él es la luz que brilla en las tinieblas y que ilumina a todo hombre que viene a este mundo. Nunca podrán las tinieblas vencer su luz.
Y no grites sólo para que ilumine tus propios ojos. Grita también con fuerza para que ilumine tantas situaciones oscuras en las que viven tantas personas y que existen en nuestro mundo en estos momentos de pandemia.
Tú, que recibes la luz de Cristo, sé también luz para el mundo y para los demás.
Buenos días.
Antonio Sanjuán Marín, cmf